Antolín de la Fuente fue un compositor infatigable. Como los buenos
directores de banda, poseía un conocimiento profundo de la armonía, el
contrapunto y la orquestación, pero además tenía el don de la improvisación
espontánea que plasmó en una obra amplia y comunicativa. Ayer la música local le
homenajeó en un concierto cálido en el que se interpretaron una selección de sus
obras. Paz Felgueroso y Álvarez Areces, presentes en el teatro, elogiaron la
figura del músico y entregaron sendas placas a su nieta. El concierto fue
grabado para su posterior distribución conjunta con un libro sobre el maestro
Antolín.
Abrió el recital el Trío Beranza, formado por Saúl Suárez (violín),
Ricardo Fernández González (viola) y Antonio Peña Fernández, con tres obras
inéditas del extenso catálogo de Antolín: la 'Danza Prima', la 'Danza del río
verde', y la 'Danza de las Tabiernas'. Las tres danzas son arreglos de música
folclórica asturiana, armonizadas con sencillez y elegancia. El tenor Pedro
González Martínez y la pianista Rosario Álvarez interpretaron dos obras para
canto y piano de Antolín. La primera, 'Noche azul estival', es un bolero con
letra de José Ramón Vega Suárez que representa al Antolín autor de música
ligera. Esta obra fue finalista en sudía en el Festival de la Costa Verde. La
segunda, 'Marinero, marinero', sobre la que también escribió una versión coral,
es una evocativa habanera, con letra de Luis Sergio Fernández.
Antolín fue uno de los grandes creadores de la música coral
asturiana. Esta faceta estuvo representada por la Coral Villa Jovellanos, el
Coro Minero de Turón y el Orfeón de Mieres. De la primera coral, destacó la
delicada versión de 'Suenen campanes', añada intimista para solista y coro a
cuatro voces. El Coro Minero de Turón interpretó, con solvencia, entre otras
obras 'Destinos', habanera con letra de Patricio Adúriz. La obra coral más
universal de Antolín es 'Mocina dame un besín', canción asturiana sobre un poema
de Guillermo Molleda Valdés, inmortalizada por Alfredo Kraus, estuvo a cargo del
Orfeón de Mieres.
Como muestra del oficio de arreglista de Antolín, la Banda de
Música de Gijón interpretó su 'Tríptico andaluz', recreación de la 'Malagueña',
de Lecuona; 'Granada', de Agustín Lara, y 'Los gitanos', de Pierre Court y
Hubert Giraud. No podía faltar, como cierre, el pasodoble 'Canto a Gijón'. Una
obra exultante que refleja el entusiasmo de Antolín, -«Gijón la ciudad de mis
sueños», dice el estribillo-, por su ciudad natal. Entusiasmo recíproco que su
público le devolvió anoche.